viernes, 24 de diciembre de 2010

Recuerdos atormentadores



Tiene que acordarse, yo me acuerdo; vale, yo, me acuerdo de todo, esa jodida capacidad de recordar lo que vivo y lo que escucho.


Pero no me creo que él no sea capaz de acordarse, quizás no lo recuerde como yo, con la vehemencia que me caracteriza, pero se tiene que acordar.

Porque hace un año, casi casi exacto (el 12/12) nos íbamos los tres a vivir la que, para mí, fue la noche de nuestra vida.

Recuerdo el sexo, cómo olvidarlo, recuerdo el olor de que aquel garito tan grande, tan de la capital, recuerdo el color de las camas, la ropa que llevaba yo, la jaula de barrotes negros, la sensación de quedar atrapada entre los dos, arropada entre los dos; la que llevaban ellos, recuerdo las ataduras que me agarraban las manos, la venda que me cubría los ojos, recuerdo frases geniales.

Pero lo que no puedo olvidar, lo que dudo que olvide nunca, fue un momento más bonito que erótico. Estábamos en los sofás del medio, en una zona de paso, yo ya no llevaba el vestido, el corsé rojo repasaba mis curvas como una segunda piel y las botas de tacón alto adornaban mis pies. El rizos estaba en mi cabecera, yo apoyaba los brazos en sus hombros mientras dejaba el peso de mis pechos sobre su espalda, mi mano colgaba entre su pecho y su abdomen mientras era acariciada por la suya propia; el maestro estaba en los pies, cogiéndome las piernas, sentado justo debajo de mis rodillas, mi mano libre se acercaba a acariciar su barba de dos días, esa barba que nunca pincha.

No podía hablar, ni siquiera me había corrido pero rozaba el nirvana, no, no lo rozaba, estaba sumergida en él, el maestro se dio cuenta y enseguida lo verbalizo, es el que mejor se explica y el que mejor me entienda.

No podía dejar de decirles lo muchísimo que les quería, a los dos ¿eh? Ya sin cosas raras ni malos rollos. Os quiero. Os quiero. Os quiero. No podéis ni imaginaros cuanto. El maestro contestó enseguida pero los Rizos no, los Rizos han tenido que enamorarse de otra para decirme, dos veces al año, tampoco más, que me quieren.

Y ahora, cuando sólo ha pasado un año y tantas tantas cosas que han hecho que cambie todo tanto tanto, no puedo quitar, esa imagen de mi cabeza y, lo que es peor, no puedo dejar de preguntarme si él también se acuerda.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

feliz navidad zano

Anónimo dijo...

queridos reyes magos ... quiero una ducha a solas sin nadie mas .....

Anónimo dijo...

Feliz Navidad!!! Qué bonito fotograma de película...esos triangulos es lo que tienen y qué decir de los locales capitalinos a los que tanto gusta escapar de vez en cuando. Disfruta de los recuerdos pero sin dejar de lado el presente y sobre todo el futuro.

NieblA dijo...

Felices Fiestas para vosotros también!!Yo aún no sé que quiero para Navidad, bueno, sí que lo sé pero también sé que no vale la pena pedir imposibles :)