sábado, 18 de enero de 2014

FIN



Lo sé, hace mucho que no escribo, mucho no, muchísimo. Es imperdonable haber dejado abandonada una parte de mi vida que durante mucho tiempo fue tan importante, tan imprescindible para mi.
Es curioso, ahora que a mi vida ha llegado la tranquilidad, la estabilidad, la normalidad que ansiaba tantas veces y que tantas otras me daba tanto miedo, ahora que duermo todas las noches arropada en sus brazos, en su pecho peludo de oso pirenaico, ahora que, por fin, duermo, que no paso noches insomnes dándole vueltas a los mil por qués de mil situaciones cada cual más surrealista. Es ahora mismo, justo ahora, cuando más me releo, es ahora, justo ahora, cuando más agradezco haberlo dejado todo por escrito. Porque la mente es cruel, es una zorra farolera que te juega malas pasadas haciéndote recordad solo lo que le interesa, es la amiga cabrona que te recuerda que te has engordado y que te enseñas las fotos de las sonrisas que dibujaban tus labios caminando con los dos, es la estafadora más grande de la historia, la que no te enseña nunca lo que hay debajo de la alfombra. No trae flashes horribles de las lágrimas solitarias, ni te enseña las marcas que te dejabas en las palmas de las manos al clavarte tus propias uñas evitando así gritar, no te evoca los tormentos del no saber del no estar del no ser, de eso no se acuerda la muy puta.
Pero el blog sí, la palabra escrita es poderosa, es inmortal.
Sí, ahora es cuando más me releo y depende del año al que vaya me siento de una manera u otra. El triángulo isósceles que eras ha muerto, desaparecido entre sentimientos rotos, malas caras, broncas, terceras cuartas e incluso quintas personas inmiscuida, ahora somos lo que nunca pensé que fuimos, tres lineas totalmente separadas; lo único en lo que coincidían los dos era en que acabaríamos como el rosario de la aurora, nunca quisiese creerlos aunque supe siempre que tenían razón, pero jamás pensé que acabaríamos tan mal. El maestro ha dejado de serlo, ya no puede enseñarme nada, necesita pastillas mágicas que hagan que se encuentre mejor, que se centre, que admita qué ha pasado y deje de machacarnos a todos, a él el primero, por lo que ha sucedido, las cosas son como son y los tres lados hemos tenido que ver. Quien me diría a mi hace unos años que cuando todo lo que tuvimos se acabara los únicos dos entre los tres que iban a tener una relación normal y sana íbamos a ser el rizos y yo. Después de todo lo que hemos pasado ha acabado resultando que ahora puedo hablar con él y con el maestro no. ¿Y como se siente un niño cuando su maestro no está? Efectivamente, perdido. Pero yo he crecido, he aprendido, los problemas de antes los he cambiado por otros más cotidianos, más estadísticamente correctos, pero son problemas, mis problemas, para mi los más graves, ideas, conflictos, sueños que ya no puedo compartir con el maestro. ¿Será siempre así a partir de ahora? ¿Se le pasará? ¿Me volverá a querer y a escuchar? Muchas veces creo que no, que ya me ha grabado en fuego "traidora" en el brazo. Es como si mamá y papá se hubieran divorciado y papá me hubiera hecho decidir, lo siento papá has perdido muchos puntos con tantas broncas no merecidas, tanta charla desde la atalaya de la sabiduría absoluta y, sobretodo, haciéndome decidir, mamá no lo ha hecho...
Es triste después del sexo, del dolor, de las risas y los cubatas, después de los miedos, de los sueños, de las esperanzas, después de todo, es muy triste acabar así. Cuanto más lo pienso más pena me da, pero es el fin. Eso lo tengo muy claro