jueves, 19 de febrero de 2009

Hasta los cojones

Por supuesto no vino, y por si eso fuera poco, llamó cuarenta veces, una de ellas a altas horas de la noche, solo para decir que llamaría para vernos de una vez; pero seguimos sin vernos sólo continuamos con esas putas llamadas insulsas y falsas en las que prometen cosas sumamente sencillas de cumplir pero que nunca son cumplidas.

En resumidas cuentas estoy hasta los cojones!!

Menos mal que el maestro no me falla nunca, o casi nunca y cuando lo hace es por fuerza mayor, menos mal que siempre tiene algo reservado en la manga para mí, menos mal!!

martes, 10 de febrero de 2009




Así que hoy no hago más que preguntarme qué va a pasar mañana, si valdrá la pena o no ponerme la ropa interior bonita porque ponérmela para nada me sabe a polla quemada. Así que me preguntó, cómo vendrá, cuál será su primera frase, si vendrá porque hasta que no le veo en casa no me lo creo, si me besará nada más verme; no hago más que pensar en si estará sexual o cansado, o si tendré que ser yo quien le de pie y le provoque o si él llevará la voz cantante.
Lo que sí que sé, es que e gustaría que no viniese demasiado tarde, que cenáramos juntos algo cocinado entre ambos, que antes de acabar la cena estuviera besándome acorralándome contra la pared de la cocina y que después de practicar el sexo más desenfrenado, los dos desnudos y sudorosos mantuviésemos una conversación sencilla a la par que sincera que dejara las cosas de una vez claras.
Eso es lo que quiero yo. Ahora bien, soy totalmente consciente de que él ni si quiera se habrá planteado nada de esto. Una vez más, en fin...

domingo, 8 de febrero de 2009

Rain


Así me siento yo cuando estoy con él, cuando él está conmigo. Cuando me folla como sólo él sabe. Exactamente así me siento yo, colgada, suspendida de un aro gigante blanco pendido de un frágil hilo, intentando no mojarme los pies con la sabana de agua cristalina de debajo mío, no mojarmelos hasta que él quiera que lo haga.


Suspendida, colgada, pendiente de un hilo, que será cortado por él sólo cuando él quiera hacerlo. Porque es él el que hace que se empapen mis pies justo en el momento de mi aniquilación, justo cuando hace que me rompa por la mitad, justo cuando arranca un trozo de mí para quedárselo y hacer con él lo que quiera.


Así me siento yo, pendiente de un hilo esperándole a él, a que él actúe como sólo él sabe.


Exactamente así me siento yo.

lunes, 2 de febrero de 2009

Caracter


Salvaje, fuerte y descontrolado. Me preguntaba que qué me pasaba y no le pude contestar, porque ¿qué tenía que contestarle? ¿¿lo que me pasaba en ese momento o lo que me pasa cada puto día??
Así que me callé, cerré la boca como pude una vez más y le respondieron mis piernas que temblaban, mi pecho que se movía rápido gracias a la respiración y los gemidos; le respondieron mis ojos, el movimiento de mis cejas, mis uñas clavándose en sus muslos.
Supongo que, una vez más, no supo descifrar lo que mi cuerpo le decía.
Una pena...