jueves, 30 de diciembre de 2010

La soledad de la amante



La amante se siente sola, desolada, cansada, agotada, vacía, despoblada.
La amante se siente perdida entre un montón de sábanas que cambiar.
La amante se ha dado cuenta de que es lo que los demás, sus amantes para ser más claros, quieren que sea. La amante se convierte en la "Mujer de las Fantasías" para ir cumpliendo las mismas de todos, una de tras de otra, sin nada que objetar o rechistar, más bien al contrario.
La amante entiende que el problema acude cuando la fantasía se acaba.
La amante en cuya naturaleza está cuidar (joder para eso es enfermera coño) se ofrece, con el corazón cubierto en velban en una mano y una postal que pone POR FAVOR NO ME HAGAS PUPA en la otra, a acudir a casa de sus hombres a cuidarlos cuando están enfermos. Pero los usufructuarios de las fantasías no quieren eso. Porque no entra dentro de la fantasía que la "Mujer de la Fantasía" sea la que les cuide.
Para eso está la otra.
De ahí su soledad.
La soledad de la amante, porque siempre es la otra, a la que nadie le pone vaselina en la nariz cuando está mala, a la que nadie le baja la basura, a la que nadie se acuerda de comprarle un llavero. Ésa es su soledad.

Una vez más dormiré a solas con mi dolor, lo único que empape mis sábanas serán mis lágrimas fruto del cansancio, del agotamiento, de la frustración y la soledad. Lágrimas-recordatorios porque me dicen que empecé el año viendo luciérnagas y mariposas que ahora están fundidas las primeras e involucionadas a crisálidas las segundas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

por que no me llamas?zano

NieblA dijo...

Porque tengo que aprender con la soledad Zano... es lo que hay