martes, 29 de abril de 2008

Esencia




Me sujetas las manos no solo para que no pueda moverme, también para que no pueda tocar mi clitoris. Quieres que me corra así, salvaje y primitiva.

El dolor inicial se convierte súbitamente en placer, en menos de un segundo. Soy yo la que se mueve hacia ti, son mis caderas las que marcan el ritmo mientras tú disfrutas quieto del placer que te ofrezco. Forcejeo para intentar soltarme la mano, pero no me dejas, al contrario, apretas más fuerte todavía, casi hasta me haces daño.

En señal de protesta mi cuerpo deja de moverse. No te importa lo más mínimo, mas bien al contrario así impones tu ritmo propio. Frenéticas embestidas, salvajes que consigan, sorprendéntemente, que me derrame sin necesidad de rozar mi clítoris.

Sales de mi justo antes de correrte, y te desprendes sobre mí, a la vez que gritas y te desplomas contra mi espalda, mezclando así tu sudor, el mío y tu esencia...

lunes, 28 de abril de 2008

Atada




Yo también me lo pregunto; pero estoy casi segura de que no será la única, de que la primera será el comienzo, o por lo menos eso espero.

Y siguen ocurriéndoseme cosas, cientos de cosas, tantas cosas y tan poco tiempo...

Y, últimamente, no puedo quitarme de la cabeza la imagen de mi misma atada...

lunes, 21 de abril de 2008

Contra


Encuentras la puerta de mi casa semi entornada invitándote a entrar.
Te espero completamente desnuda, mirándome en el espejo de la entrada, para que me veas las dos caras, en el espejo mi reflejo de frente y cara ti, mi espalda. Miro tu reflejo en el espejo y te sonrío.
No es preciso hablar, hace tiempo que no es necesario.
Te desnudas en menos de un segundo. Cierras la puerta de portazo. Te acercas a mi desde atrás y, mientras miras el reflejo de mis ojos en el espejo, comienzas a repartir tus manos por mi cuerpo, tus besos por mi cuello. Me das la vuelta y me alzas para empótrame contra la pared, grito, ha dolido pero no me importa. Comienzas a besar mis pechos a frotarte contra mí. Abro los brazos y me crucifico en la pared del pasillo. Gimo de placer mientras restriego mi húmedo sexo contra tu ombligo. Siento tu polla dura y erecta chocar contra mi trasero, solo saber que me espera ya me excita.
Metes tu cabeza entre mis pechos y me hueles, te encanta mi olor. Me bajas poco a poco y me arrodillo frente a ti, frente a tu pene. Te miro mientras comienzo a masajearla con la mano, le doy un lametazo, lento y largo como si fuera mi helado favorito y yo estuviera muerta de calor. Sigo mirándote mientras lo hago, se que te encanta que lo haga.
Me la meto en la boca rápida e implacable, hasta el fondo, comienzo a mover mi cabeza mientras juego con tu testículos con las manos. Jadeas, gimes, pretas mi cabeza contra tu sexo para que entre más al fondo todavía. Entro y salgo de ese gran falo con dureza y fuerza, me encanta hacértelo así, y a ti que lo haga. Levantas mi cabeza y el resto de mi cuerpo y me besas con nervio.
Ando lentamente hacia el salón y con un gesto de la cabeza te digo que me sigas.
La mesita baja de cristal está más separada del sofá de lo normal. Completamente vacia y con unos cojines rojos en la orilla. Solo dos velas iluminan la habitación. Ahora te das cuenta de que hay música de fondo.
Me arrodillo ante la mesa, mis rodillas quedan apoyadas en los cojines, mi cuerpo desnudo yace contra la mesa de vidrio. El contacto con el frío cristal hace que mis pezones se estremezcan y endurezcan más todavía. Apoyo la mejilla derecha contra la mesita y te miro.
Estoy expuesta para ti, mi sexo y mi culo son todo tuyos. Poséeme.
Te acercas, te agachas a mi lado, lames primero mi espalda y después la besas, la arqueo producto del placer. Siento la punta de tu polla en la entrada de mi coño, húmedo, más bien empapado. La primera embestida es... fuerte, dura, casi salvaje. Vuelvo a gritar, me encanta que lo hagas así. Sales y entras de mi cuerpo con facilidad, casi resbalas con mi humedad. Te clavas hasta el fondo, me estiras del pelo, fijas una de tus manos en el final de mi espalda y me clavas las uñas.
Jadeas, ambos los hacemos. Tu otra mano se desliza hasta mi clítoris y lo acaricia con fuerza, violentamente. Estoy a punto de correrme. Grito, berreo de placer, me corro contigo dentro. Me corro mientras me clavo el borde de la mesa y el aliento de mis jadeos empañan el mueble.
Sacas tu polla de dentro de mi y, sin dejar que tome aliento, vuelves con tus acometidas pero ahora por mi otro agujero. Grito de dolor, pero tú no paras. Siento como si fueras a reventarme por dentro. No paras, me muevo y me retuerzo pero tú me sujetas con fuerza y sigues con tus embestidas. El dolor se transforma en placer de repente, de un segundo a otro, paso de gritar de dolor a pedirte más, son las primeras palabras que se escuchan desde que has llegado.
Tanto tus jadeos como los míos son más altos y entrecortados. Te vas a correr y yo me voy a correr contigo. Me avisas de que te corres mientras yo lo hago, grito y grito.
Tú te corres en mi espalda y te derrumbas encima de mi.
Y así, mezclando nuestro sudor y nuestro fluidos, recuperamos el aliento y, por fin, escuchamos la música.

Complicado



Cuán de profundo debe ser el agujero en el que estás metido, que ni siquiera puede llegar a él mi olor, que ni siquieras puedes sentir mis ganas, mi deseo.

¿No lo notas?

Tal vez lo sientes, pero no tienes fuerza para responderlo.

¿Qué te está pasando que ni siquiera tú te reconoces a ti mismo?

Enloqueces y yo enloquezco contigo, pero ni siquiera te das cuenta de que yo estoy en mi agujero, unida al tuyo por un tunel oscuro y angosto, un tunel que estoy dispuesta a pasar pero que no se si quieres que pase.

Por qué todo tiene que ser tan súmamente complejo.

viernes, 18 de abril de 2008

La viola






Tócame.

No, no te pido que me acaricies.

Te pido que me toques, como a un instrumento.

Como a una viola.

Quiero ser la mujerviola.

Méteme entre tus piernas y tócame.

Acarícia las cuerdas de mi ombligo.

Después toca los bajos de mi vientre.

Mis gemidos serán las notas.

¿Qué melodía quieres tocar hoy?

miércoles, 16 de abril de 2008

Tacones



¿Sabes?

Lo he estado pensado mejor,

no te voy a dejar que lamas los tacones,

te lo voy a ordenar.

Así, si no lo haces o lo haces mal

te castigaré como a mi me gusta...

domingo, 13 de abril de 2008

Tormenta



La lluvia cayendo sobre los dos. Ambos empapados, chorreando. Besándonos bajo la lluvia. Comiéndonos la boca, prácticamente engullendo la lengua del otro. Tú sentado de rodillas sobre el césped, yo sentada encima de ti, contigo dentro. Entrelazando mis manos por detrás de tu cuello, tirándote de tu empapado pelo. Las gotas de lluvia colándose por tu camisa, mis manos persiguiéndolas, peleando con ellas para tocar tu piel.

Me encantaría ser líquida, y derramarme encima de ti, para que mis gotas recorrieran todo tu cuerpo, para que alguna se quedará atrapada en el pelo de tu pecho y otras hicieran un lago en el valle de tu ombligo. Me encantaría ser líquida, y recorrerte por dentro para aprenderte igual que haré con la parte de fuera.
Tus manos amasando mi culo, amarrándolo con fuerza y dándole el ritmo que quieras. Nuestro gemidos y jadeos ocultos por la noche, disipados por el sonido de los truenos y los relámpagos, haciendo que nosotros nos volvamos pequeños, insignificantes frente a esa fuerza de la naturaleza. Y al segundo siguiente, tú y yo nos volveríamos uno con la tormenta. Y, durante ese segundo, mientras tú permaneces calvado en mi, y yo curvo la espalda de placer, nuestro gritos serán más altos que los de la tierra.

viernes, 11 de abril de 2008

Lust




Quiero que me escribas.
No que me mandes una carta o su sucedáneo moderno de300 caracteres.
Quiero que escribas en mí.
Que me escribas.
Que dibujes en mi espalda con un pincel todas las palabras que me mandas.
Tatúa mi cuerpo con cientos de letras, signos y símbolos.
Las escápulas, la espina dorsal, la nuca y, sobretodo, el cuello.
Repasa los tatuajes de mi cuerpo y dibuja los tuyos propios.
Con un pincel finito...
O mejor... con una pluma afilada.
¿¿Qué escribirás en mi vientre??Reconozco, que tengo alguna idea...

Olvídate de todo




Olvídate de todo. No pienses en el trabajo, no pienses en la distancia. No pienses. Cierra los ojos y repasa las partes de mi cuerpo que conoce y las que no has visto todavía imagínatelas, o mejor, intúyelas, seguro que se asemejan a las reales.

Entrarás, echarás un vistazo a tu alrededor y enseguida sabrás quien soy. Mi cara de viciosa es lo que me delata.
No hará falta hablar. Te acercarás, me mirarás a los ojos y antes de que quieras lanzarte a besarme estaré yo devorando tu boca.
Pasarás tu mano por mi cuello suavemente para acabar amarrándola a mi pelo estirando de él hacia atrás. Mi cuello quedará expuesto para tu lengua, lo repasarás para aprendértelo, para después poder dibujarlo en tu mente el resto de noches.
Casi empujándote te sacaré del bar y entre esquinas y portales oscuros llegaremos a mi casa. Nos desnudaremos por la escalera (lo siento pero no tengo ascensor), reiremos, jadearemos; algún vecino cotilla se escandalizará mirando por la mirilla...

Te tiraré contra el sofá y te arrancaré la poca ropa que te quede. Me alejaré un poco de ti, y me desnudaré lentamente delante de ti, dejaré que resbale el tanga entre mis piernas y te lo lanzaré, para que lo tengas como me tendrás a mí en unos segundos. ¿Qué harás con él? Se me ocurre alguna idea...
Me acercaré, amarraré tu mano y la llevaré al cóncavo de entre mis piernas. ¿Húmedo?
Me arrodillaré. Mi aliento... ¿lo sientes?
Jugaré un ratito, bueno, un buen rato, seguro que te encanta... seguro que te encanto.
Tienes toda la razón, ya no es evitable...

martes, 8 de abril de 2008

Comerte




Quiero comerte.


Devorarte.


Tragarte entero.


Masticarte


Sé a ciencia cierta que no vas a sentarme mal.


Sé, que eres lo que mi cuerpo necesita.


lunes, 7 de abril de 2008

Resbaladiza







¿Cómo te lo imaginas? ¿La habitación estaría ya preparada o lo haríamos entre los dos, excitándonos con el mero hecho de tocar el plástico? ¿De qué sabor? ¿De que textura? ¿Aceite de masaje de... fresa? ¿Resbalándonos por las esquinas de la cama? ¿Amarrándonos y escurriéndonos de las manos del otro? ¿Llegarás a distinguir la humedad de mi sexo entre el aceite? Y, cuando me tengas expuesta ante tía, ¿resbalarás con cuidado o me poseerás si piedad?No sé por qué me da que será siempre la segunda opción...

Vino



- Feliz cumpleaños. Tranquilo, tú eres como el buen vino...

- ¿Mejoro con los años?

- No, de esos que hay que guardar en la reserva unos años hasta que adquieren valor el mercado...

sábado, 5 de abril de 2008

Sentado



Tú, sentado enfrente de mí.
Desnudo, casi indefenso.
Con las manos atadas a tu espalda, amarradas entre sí por unas frías esposas.
Delante de ti,
desnuda, húmeda, excitada,
con los pechos duros y el vello erizado.
Mis piernas abiertas cual ventana delante de ti.
Puedes oler mi sexo.
Sé que puedes. Sé que te encanta.
Mis manos se mueven por mi cuerpo como si fuesen las tuyas.
Sudas, te miro a los ojos y veo las gotas de sudor resbalar hasta tus pestañas.
Hace rato que tu sexo se ha despertado de su letargo y ahora me apunta amenazante, pidiendo atención.
Mis dedos se pierden entre piernas buscando mi clítoris, haciendo que me revuelva de placer, que prácticamente convulsione.
Mis jadeos llegan a tus oídos.
Sudas más todavía.
Tu miembro va a estallar entre tus piernas, tan morado e turgente.
"Déjame tocarte, por favor". - suplicas.
Te contesto acercándome mi dedo impregnado a mi boca remarcándote el silencio.
Huelo mi dedo y me deleito con mi aroma.
Te excitas más todavía, si eso posible.
Me levantó, me acerco hasta ti y te rondo.
Giro a tu alrededor, me meto entre tus piernas y vuelvo a salir, como un gato que ronronea, jadeo y gimo.
Te lamo el sudor, ese sudor que me encanta.
Saboreo tu aroma.
Te beso el cuello.
Acto seguido te lo muerdo.
Gritas.
Te castigo con un pequeño azote.
Mueves el cuello buscándome, sacas la legua para intentar tocarme.
Te encuentras un mínimo instante con uno de mis pezones, y al segundo me alejo.
Desaparezco de la habitación...
¿por cuánto tiempo?

martes, 1 de abril de 2008

Mío



Llamamé loca, quizá lo esté. Pero no puedo dejar de imaginarte, imaginarnos.

A veces, me miro a mi misma desde fuera, sentada en el autobus, escondida detrás de las gafas oscuras, o esperando en el paso de cebra, o sentada en el control mirando al infinito y sonriendo.

Bueno, no sonriendo no es la palabra exacta, ¿recordando? ¿imaginando? Depende del día.

Todo lo que hicimos y todo lo que podemos hacer, lo que nos queda por hacer.

Babeando, esa es la palabra. Salivando, como los perros de Paulov con la comida. Igual soy yo pero con tu sexo, con nuestro sexo.

Reconozco que a veces incluso me parece que humedezco el tanga y, cuando voy al baño, me cercioro de ello. Siempre está empapado.


Cada día se me ocurren cosas nuevas que hacerte, que me hagas. Depende del momento, del turno, del día, del cansancio y de mil y un factores "ajenos a mi voluntad" soy las poseedora o la poseida. Pero, también reconozco, que últimamente, me apetece poseerte. Dejarte a mi voluntad, quiero que te corras solo cuando yo te diga que lo hagas, que gimas cuando yo te lo pida, quiero azotarte, lamarte, chuparte, morderte, dejarte marcas para que quede constancia de que eres solo mío, aunque se, a ciencia cierta, que no lo eres.


Pero esa noche, todas nuestras noches... serás solo para mí... y para con quien yo quiera compartirte.