martes, 11 de agosto de 2009

Arnés



Te imagino mirando nervioso el escaparate de esa pequeña tienda de paredes roja, pensando en que podrías haber ido cualquier otro día en el que no hubiera tanta gente. Te imagino ideando mil formas de no tener que decir en voz demasiado alta qué era lo que querías comprar. Ha valido la pena pasar ese momento de vergüenza, ¿no crees?.
La sensación... no hay palabras para definir lo que sentí, lo que siento cada vez que te penetro con mi miembro regalado; supongo que siento una décima parte de lo que tú, y los demás, sienten cuando lo hacen conmigo.
Es una sensación... creo que lo siento es poder, poder de saber que puedo hacerte daño, que puedo hacerte gritar de placer o de dolor sólo con cambiar un sencillo movimiento de mi cadera. Me resulta curiosísimo no ser consciente del poder que tengo cada vez que un hombre deja, o incluso me pide, que le lame, que le chupe, que le absorba y le mame; en esos momentos tengo tanto, incluso más, poder que el que se me ha concedido hace unos días con mi juguete nuevo.
Pero, mi nuevo juguete es tan... divertido.Me encanta mi nuevo juguete, me encanta mi nuevo juguete, la la la la laaaaa

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