martes, 9 de diciembre de 2008

Fin de semana




Entre copas, mensajes multimedia con fotos sumamente preparadas, perfumes y fragancias caras y excitantes. Entre canciones malas, y DJs egocéntricos. Entre cursillistas nerviosos, antiguos amantes que esa noche volvieron a ser nuevos y recientes. Entre más copas, navarros estrambóticos y fantasmas pasados. Entre todo eso hubo minutos intensísimos de besos increíblemente salvajes, bestias y ardientes. Joder que instantes. Cada vez que los recuerdo... ¿se acordará él también? O mejor, ¿se pondrá así él también? Sobeteos y manoseos exhibicionistas en sitios demasiados públicos. Y después de todo eso un camino, más obsceno todavía, nos llevó hasta el refugio de una cama grande pero ruidosa. Horas de sexo desenfrenado y salvaje como a mi me gusta. Y después... un sueño semi-reparador pero cariñoso.
¿Qué más se puede pedir?
Pues repetir al día siguiente, tripitir. Esconderse en lugar recónditos para calentarse en segundos y salir de los armarios como si nada hubiese pasado, mirándonos desde lejos sabiendo que va a haber más. Y encima los rizos persiguiéndome por los pasillos y acorralándome en las esquinas.
Se puede decir que me ha cundido.

2 comentarios:

zangolotino dijo...

Serás una buena enfermera y me curaras???

Zano dijo...

mmmm chula que me gustas