domingo, 26 de junio de 2011

V.





Hace unas semanas, creo que tres, el sábado salí con ganas de follar pero segura de que no iba a hacerlo.
Como es habitual en mi vida, volví a equivocarme.
No era la primera vez que lo veía y reconozco que me había llamado la atención pero sin hacerle mucho caso la verdad.
Como es habitual en mi vida, volví a equivocarme.
Resulto que V. era muchísimo más interesante de lo que vendía. Hacía mucho que no me encontraba con una polla así (sin contar la de chocolate, esa no cuenta), tan perfecta, tan grande, tan ancha, con un olor perfecto, la textura perfecta y un sabor exquisito.
Me encanta que me follen así, que me vacilen, que jueguen, que se rían conmigo, que sea distinto, salvaje, fuerte, duro. Y V. cumplió eso y mucho más.
Me tiré encima de él en el sofá de mi casa, aplastando su tórax con mi pecho, besándolo con fuerza, mordiéndole la boca, refrotándome contra su cuerpo. Sintiendo como me humedecía por segundos. Se giró, hizo que acabáramos en la postura contraria para poder ser quien controlara la situación, para sentarse en el suelo junto al salón y masturbarme con fuerza, estimulando mi clítoris con fruición, mientras me penetraba con sus dedos con fuerza y me mordía el labio y me gritaba que quería oír cómo me corría. Y eso hice, gritar como la loca que soy y me considero mientras me cuerpo se partía en dos empezando un viaje increíble.
Cuando me recuperé y volví a sentir la gravedad en mi cuerpo, le hice sentarse y me arrodille frente a él a chupársela como sólo yo sé, mientras él me retaba a que llegara más al fondo, cosa que hice.
Arrastras y como pude me lo lleve a la habitación porque no podía más, porque necesitaba que me follara, necesitaba sentir esa polla dentro de mí, taladrándome las entrañas, estirando mis músculos.
Se tiró en la cama y me dijo que esa era mi polla que hiciese con ella lo que quisiera, cosa que hice. Porque me lo follé como me  dio la gana, despacio al principio metiéndomela hasta el fondo para sentirla entera , con fuerza después chocando mi cuerpo contra el suyo con una fuerza exagerando, provocando ese ruido magnífico que emite la fuerza de los golpes, gritándole en la oreja, mordiéndole el hombro con fuerza mientras él me pedía que le mordiese más fuerte, sintiendo como me golpeaba las nalgas, suponiendo mi trasero rojo por los azotes, clavándome en su cuerpo, ensartándome, agarrándole las muñecas por encima de la cabeza, dándole bofetadas en el pecho y en el rostro, sintiéndome la dueña del mundo la mujer más poderosa del mundo. Cuánto rato estuve follándome esa polla y ese cuerpo maravilloso; no lo tengo claro, perdí la noción del tiempo, el espacio, escapé de la propiocepción. Todo se magnifica. Y cuando pensé que no podía sentir más placer, me folló a cuatro patas, con fuerza y de manera salvaje mientras seguía azotándome el culo, mientras  yo me estimulaba el clítoris. Hasta que grité, aullé, me desgarré la garganta corriéndome hasta que mis piernas cedieron a un placer más que digno, dejándome tendida, tirada a mi suerte.
Y después, un sueño reparador y encantado, una mañana maravillosa de besos y canciones progres, una conversación genial de esas que se tienen pocas veces porque encontrarse con hombres que la palabra “trío” no les haga salir corriendo o pensar en porno del malo, es bastante difícil.


Y después una promesa de una cena casera.
Pero claro, no podía ser, parece ser que en mi vida nunca podía ser. Porque el que era tan promiscuo como yo ahora a dejado de serlo. Joder!! Pero qué mala suerte tengo!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

zanota ... y tu por donde sales?

Anónimo dijo...

se acabo?

NieblA dijo...

No, no se acabó, resucita de entre los muertos :)