martes, 16 de marzo de 2010

Castillos de cartón II


“Ni si quiera nosotros éramos inmunes a la normalidad”, ni si quiera nosotros lo somos.


Yo lo intento, de verdad que lo intento, pongo todo mi empeño en levantar una muralla para detener el viento que quiere destrozar nuestro castillo de cartón, pero no lo consigo, por más libros que ponga, por más textos que escriba, por más letras que apile para atrincherarnos el viento, tan fuerte como esquibadizo, logra pasar para derrumbarlo haciendo que mis esfuerzos sean prácticamente inutiles.

No puedo más.

Llevo un rato pensando exclusivamente en que, después de tantos años juntos, no tengo ninguna foto de los tres, ninguna apta para todos los públicos obviamente.

Ellos dos, en lo único que han coincidido siempre, es en que acabaremos como el rosario de la aurora, y parece que el alba se acerca desde la lejanía.

No puedo más.

Ojalá todo fuera distinto. Ojalá nosotros fueramos la excepción que confirma la regla.

Castillos de Cartón imposibles de sostener, como todos los castillos de cartón, por más empeño que ponga.

2 comentarios:

Dr.Mikel dijo...

Ya sabes que todo tiene un principio y un final, como nuestra propia existencia.

Anónimo dijo...

Ánimo Niebla, todo tiene su fin como decía la canción pero cada cosa a su tiempo y quizás aún quede cuerda para rato y muchos naipes que sostener.