lunes, 12 de enero de 2009

Antes de dormir...




Nos acoplamos para dormir apoyados el uno en la otra, de lado, hacia mi lado, se acercó a mi espalda y pasó suavemente su mano sobre mi tripita. Pero yo, en un acto con premeditación y alevosía, cogí su mano y la posé en mi pecho derecho.
Sí se hubiera quedado quieto respirando tranquila y profundamente no me hubiese importado en absoluto, al contrario, me encanta dormir así. Pero ese movimiento le revolvió por dentro, le despertó, y, obviamente, fue mucho mejor que si se hubiera estado quieto...

2 comentarios:

Zano dijo...

Lo que te revolvería yo a ti... una noche fría de invierno....

Dr.Mikel dijo...

Tu si que sabes del dialogo de la comunicacion tactil ehhhh.
Como es el dicho " un gesto vale mas que mil palabras".