domingo, 8 de agosto de 2010

Proporciones


Ayer, me di cuenta (ésta ha sido la semana de las revelaciones) que cuando estás… enamorada, no más bien que cuando idolatras a una persona, y en tu mundo está en la categoría de Dios las dimensiones dejan de cobrar sentido.


La última vez que estuve en su casa para algo no erótico, creo que fue cuando nos dimos los regalos noeróticos de cumpleaños, me di cuenta de que su cama no es tan grande como yo la recordaba. Y se lo dije, “recordaba tu cama tan grande”, pero no era así, era yo que me sentía muy muy pequeña a su lado.

Y ayer, o hace un par de días, me di cuenta de que me pasaba exactamente igual con su polla. Mirando el recuerdo fotográfico de nuestro último encuen-trío, me di cuenta de que su miembro erecto era similar al de los demás, no tan perfecto como yo lo recordaba. Para mi su polla ha sido siempre la mejor, la que mejor olía, la que mejor sabía, el color, el tamaño y el grosor perfecto. Pero ayer me di cuenta que con él, entre otras muchas cosas, perdía la capacidad de perspectiva, de proporcionalidad.

Por lo menos me he dado cuenta.



Encontraré una bragueta BRILLANTE! Lo dice hasta mi frigo-poesía…

miércoles, 4 de agosto de 2010

Tranquila



Ayer..., no... creo que fue el lunes, porque hoy es... miércoles ¿no? es lo que tiene vivir a turnos inhumanos y haciendo dobletes incompatibles con la vida. Creo que fue el... domingo, sí el domingo, cuando me di cuenta hablando con un completo desconocido, que nuestra historia, la de los tres, la de triángulo mágico, había acabado, se había acabado completamente, que ya no quedaba nada más.
Fue muy simple; él me dijo algo así como que nuestra historia es muy complicada y yo le correguí enseguida diciéndole que lo era en pasado, en pasado simple para ser más sincero.
Pues eso es lo que es. Fue bonito mientras duró, único, especial, depravado y lascivo, increiblemente apasionado e insufriblemente doloroso; pero se acabó al final todo se acaba.
Y ahora estoy... bien, tranquila, muy tranquila y no estoy borracha ni nada parecida, simplemente me lo creo, me creo que se acabó y parece que por fin duele un poco menos. Bueno... bastante menos.
Que bien ¿no?

lunes, 2 de agosto de 2010

Huevos brillantes



A veces los momentos que se presupen no- eróticos se cargan de erotismo. Quiero recordar que ésto me lo enseñó el maestro. Hablar desnudos tocándose después de un buen polvo, pasearse desnuda por casa a por el agua de la nevera mientras él te mira desde la cama, mantener una conversación sencilla y al parecer sincera mientras la cámara web sigue encendida enfocando un pezón perdido.
Despues, de madrugada, me alegre de no haber encontrado nadie con quien tomar una cerveza terracil.
Valió la pena quedarse en casa.
Valió la pena la conversación de después. Los huevos brillantes, la teta parlanchina. Valió la pena, además de por otras cosas, porque me reí mucho, oí resonar mis carcajadas por la habitación. No es lo de menos.
No era la primera vez que hablabamos, ni era la primera vez que me aseguraba verme pero fue la vez primera que yo ansiaba oírle. Aún resuena en mi cabeza el grito de su orgasmo, se ha quedado dando vueltas por mi cerebro consiguiendo arrancarme más de una sonrisa improvisada.
Y además, le gustaron mis pies.

Muy buen gusto musical, sí señor.